HERNIA UMBILICAL EN EL BEBÉ

Es una pequeña hinchazón localizada en el  ombligo: así se manifiesta la hernia umbilical. Se trata de un problema que es bastante frecuente en los bebes y que puede crear preocupación a los padres, aunque no representa un riesgo para la salud.

Se trata de uno de los tipos de  hernia que se presentan con más frecuencia en los recién nacidos, especialmente en los bebés prematuros.

  • En general, la hernia umbilical se manifiesta ya en el nacimiento, pero se hace más evidente en las primeras semanas de vida, cuando el bebé llora. El llanto del niño hace aumentar la presión en el interior de la barriga, hinchando ligeramente su abdomen.
  • Este tipo de hernia es una alteración benigna, que está causada por el cierre incompleto del anillo umbilical, el punto por el que, durante la vida intrauterina, pasaban las venas y las arterias que han garantizado el oxígeno y el alimento al feto. Su presencia se debe a la salida de un pequeño tramo del intestino, recubierto sólo por la piel y por el peritoneo (la membrana que cubre, bajo la pared abdominal, el intestino).
  • Sólo se trata de un defecto estético, que no pone en riesgo el bienestar y la salud del pequeño. La posibilidad de que la hernia umbilical se “estrangule” es absolutamente inexistente. En la mayor parte de los casos, el problema se resuelve de forma espontánea antes de los tres años, gracias al desarrollo natural de la musculatura abdominal.
  • No es necesario realizar ningún tratamiento: tan sólo hay que tener un poco de paciencia.

Cuando no se resuelve espontáneamente durante los 3-5 primeros años, la hernia umbilical se debe afrontar con el bisturí, lo cual se produce en un número muy reducido de casos. Si, en torno a los 36 meses, el agujero del anillo umbilical todavía tiene un diámetro mucho más grande de lo normal, es necesario corregirlo con una intervención quirúrgica.