MASTITIS

La mastitis se refiere a la inflamación de la glándula mamaria de los primeros meses de la lactancia. Se da por una obstrucción de los conductos de la leche
La mastitis generalmente afecta un pecho a la vez. Puede que notes zonas rojas, adoloridas, duras, sensibles al tacto e inusualmente calientes. La inflamación podría o no ser causada por una infección.
Los síntomas de infección incluyen:
- Escalofríos.
- Fiebre de 38 grados centígrados (101 grados Fahrenheit) o más.
Estos síntomas pueden aparecer gradual o repentinamente.
¿Cómo puedo tratar la mastitis en casa?
Descansa. Planea permanecer en casa y descansar mucho para que tu cuerpo pueda combatir la infección. Deja los platos sucios, la lavandería, y los demás quehaceres del hogar de lado. Es buena idea también limitar las visitas. Pídeles a familiares y amigos que te echen la mano para que puedas ocuparte de ti y te recuperes.
Amamanta frecuentemente. Amamantar cuando tienes mastitis puede ser doloroso pero es crucial hacerlo. Dale el pecho a tu hijo tan seguido como lo pida. Lo ideal es que amamantes cada dos horas para que mantener el pecho afectado vacío. Más abajo podrás encontrar algunos consejos sobre cómo controlar el dolor mientras amamantas a tu bebé o te extraes la leche.
Usa compresas frías. Ponte compresas frías entre cada toma para aliviar el dolor y la hinchazón. Envuelve las compresas en una toalla primero. Nunca te coloques las compresas frías directamente en tu piel porque pueden lastimártela.
Usa compresas tibias. Prueba colocarte un toalla tibia sobre el pecho afectado durante varios minutos (o báñate con agua tibia) antes de cada toma, así estimularás la bajada de la leche y no te dolerá tanto amamantar.
Masajea suavemente el pecho afectado. Comienza el masaje de la zona afectada hacia el pezón y del pezón hacia la axila.
Toma medicina para el dolor. Puedes comprar medicina antinflamatoria que no requiera receta médica como el ibuprofeno, que puede aliviar el dolor y los síntomas similares a los de la gripe como la fiebre.
Elimina la presión de tus pechos. Ponte brasiers que no te aprieten o simplemente no te los pongas. No duermas bocabajo o dejes que tu bebé descanse sobre tu pecho.
Busca ayuda. Mantente en contacto con tu doctor, partera o consultora de lactancia. Asegúrate de que recibes consejos, información y el apoyo emocional necesarios para continuar amamantando, y para que te recuperes completamente.